Cuando tú quieras. Consumir exclusivamente la fruta
en ayunas es uno de los grandes mitos de la nutrición. A pesar de no
tener ningún sentido fisiológico sigue siendo promocionado.
La fruta como postre ni engorda más, ni pierde sus propiedades, ni es fermentada en el estómago.
Nuestro organismo comienza a digerir los alimentos desde que los
introducimos en la boca hasta la última porción del intestino delgado.
Una vez en el intestino grueso, la flora bacteriana se encarga de
fermentar aquellos nutrientes que no han sido digeridos.
La fruta tanto en ayunas como de postre se digiere, se absorbe y se fermenta por igual.
Todo ello se debe a que no existe una cavidad exclusiva para la
digestión de cada nutriente.Todos se digieren en el mismo lugar y son
absorbidos antes o después a lo largo de los aproximadamente siete
metros que mide nuestro intestino delgado.
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